Tras las elecciones municipales, hoy 16 de
septiembre se va a celebrar en Durango la asamblea general extraordinaria de
EUDEL (Asociación de Municipios Vascos) para constituir las nuevas Comisión
Ejecutiva y las Comisiones Territoriales. Entre las candidaturas presentadas a
la primera comisión se encuentra la de José Antonio Santano, alcalde de Irun, y
a la segunda, la de Txomin Sagarzazu, alcalde de Hondarribia.
Estas
candidaturas y posibles nombramientos resultan ser profundamente incoherentes
con la práctica democrática, ya que ninguno de los dos alcaldes mencionados
estima ni tan siquiera políticamente correcto hacer el recibimiento
institucional a los alardes mixtos de sus municipios, en los desde hace más de
20 años participan mujeres y hombres de forma igualitaria. Por el contrario, sí
reciben a los alardes tradicionales que no permiten desfilar a las mujeres si
no es como cantineras.
Las
instituciones vascas reconocen expresamente a través de sus normas y protocolos
jurídicos, que la violencia machista está sustentada y retroalimentada por los
hábitos y conductas cotidianas que infravaloran de una u otra forma a las
mujeres en cualquier ámbito social, ya sea en las relaciones interpersonales o
en las prácticas de la administración pública.
Sin
embargo, la actuación de estos alcaldes respecto a los alardes igualitarios
lanza a la sociedad un mensaje no confesado pero claro y de fácil comprensión,
aquel que legitima que las mujeres pueden ser objeto de menosprecio o
desprecio, alimentando así el caldo de cultivo de la violencia contra ellas.
Por
tal razón, sería de una ceguera democrática grave que se estimara como una
pequeñez lo que está sucediendo con los alardes igualitarios y se continuara
otorgando cargos de aún mayor responsabilidad institucional a los alcaldes que
dan la espalda a los derechos de las mujeres y conculcan las leyes de igualdad
de las que se ha dotado la propia administración pública.
Tomando
en cuenta esta peligrosa irresponsabilidad política se hizo público desde el
movimiento feminista de Euskal Herria un comunicado en el pasado mes de agosto,
apoyado por 43 organizaciones y alrededor de 300 personas de la CAPV en el que
se demandaba la dimisión del alcalde de Irun de sus cargos en EUDEL.
Entendemos
estas demandas como un valioso y democrático ejercicio de prevención de la
violencia contra las mujeres. En la misma clave deberían actuar las fuerzas
políticas que presentan sus candidaturas en la próxima asamblea de EUDEL. Sería
una loable demostración de coherencia por su parte, evitar recompensar con más
poder público a alcaldes que en lugar de fortalecer la democracia, abonan los
peligros para las mujeres.
Movimiento
Feminista de Euskal Herria
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